Metodología

Evité hacer una traducción demasiado literalista, apegada al estilo de traducción palabra por palabra, ya que existen muchas traducciones de ese tipo que suelen resultar confusas. Por el contrario, busqué realizar una traducción lo más exacta posible de los significados del texto coránico original, pero en un español correcto, comprensible, moderno y sin adornos innecesarios. Por lo tanto, he prescindido de formalismos del idioma árabe como letras conjuntivas o frases de énfasis, procurando exponer el significado original con todo su alcance en implicaciones teológicas y legales, utilizando correctamente la gramática española, evitando la cacofonía, la exageración de conjunciones gramaticales, así como la utilización de símbolos de escritura y énfasis —como símbolos de interrogación y admiración, y comillas para las citas y diálogos—, elementos que el texto original árabe no contiene.

En aras de hacer llegar cada concepto de forma veraz y a la vez sencilla, no me he detenido en detalles que considero innecesarios para este tipo de trabajos, ya que quien quiera ahondar en la precisión de los términos y sus repercusiones lingüísticas en el Sagrado Corán, necesariamente debe hacerlo sobre el original y no sobre esta u otra traducción. El lector no debe olvidar que el Corán es el texto revelado por Dios en árabe; una buena traducción es solo un acercamiento a ese mensaje sagrado.

Tomemos como ejemplo la frase “sitatu aiam” cuando se refiere a las etapas de la creación del universo. He preferido expresarla como “seis eras” y no “seis días” —aunque lingüísticamente el término “aiam” es más cercano a “días” que a “eras”—, porque en este contexto se refiere a que existieron etapas en la creación del universo, las cuales fueron “diseñadas” por Dios, y es evidente que durante la creación del universo, el planeta Tierra y el Sol no existían, por lo que no puede referirse a días como el tiempo que tarda en rotar la Tierra sobre sí misma con respecto al sol.

El enfoque de esta traducción hacia el público latinoamericano se nota especialmente en el uso de “ustedes” en lugar de “vosotros”. Por ejemplo, en lugar de “deberéis responder por vuestras obras”, utilicé “deberán responder por sus obras”. Esto se debe a que en América Latina no es usual el “vosotros”, y al lector latinoamericano este pronombre le da la idea de español antiguo, fuera de uso, mientras que esta traducción intenta mostrar un texto que habla sobre la actualidad de la revelación, pues el Corán tiene relación con la vida diaria y moderna de todas las personas.

Para evitar confusiones por la malinterpretación del plural mayestático “Nos” o “Nosotros” cuando Dios habla sobre Sí mismo, en donde se asume que esta forma de expresarse se refiere a una pluralidad de la divinidad o la Trinidad, he traducido el plural mayestático original árabe a la primera persona del singular en español.

En cuanto al nombre de Dios, “Al-lah”, he agregado en el primer versículo del Corán una nota sobre las características de Su nombre. Sin embargo, a lo largo de la traducción, utilicé la palabra “Dios” para traducir la palabra “Al-lah” debido a que este trabajo está dirigido al lector medio latinoamericano o español, que entiende por “Dios” al ser supremo, Creador de los cielos y de la Tierra, a pesar de que la utilización de este vocablo es criticada por quienes se refieren al origen lingüístico del mismo. Con esto también se ha querido enfatizar que los cristianos y judíos de habla árabe se refieren a Dios por el nombre “Al-lah”, subrayando que no se trata de una deidad distinta sino del mismo Dios de Abraham. Solamente en algunos versículos en los cuales Dios se llama a Sí mismo con el “nombre” ha sido mencionado como tal, por ejemplo en 64:13.

En cuanto a las palabras “aiat” y “sura”, fueron traducidas como versículo y capítulo respectivamente, para que la lectura resulte más fluida y comprensible, excepto cuando la palabra “aiat” se refiere a un signo o milagro de Dios.

Para que el lector conozca mejor el proceso de esta traducción, a continuación explico las tres fases que la integraron:

Traducción

Estudié el significado de cada versículo a la luz de los libros de exégesis clásicos y modernos: Tafsir At Tabari, Tafsir Al Qurtubi, Tafsir Ash Shawqani, Tafsir Ibn Kazir, Tafsir Al Bagawi, Tafsir Muhammad ibn Muhammad Al Mukhtar Ash Shanqiti, Tafsir As Sa’di y Aisar At Tafasir.

La selección de términos, particularmente en temas de doctrina o jurisprudencia, tuvo como objetivo lograr que no fueran a ser mal comprendidos o sacados de contexto; y cuando se consideró necesario, se incluyeron pies de página para explicar temas particularmente importantes o para dar claridad a versículos que de manera tradicional han sido sacados de contexto por detractores del Islam en otras obras y traducciones.

Tuve también en cuenta los versículos que son expuestos en los libros que tratan de los milagros científicos del Corán. En este caso, utilicé palabras modernas que describen esos fenómenos que prodigiosamente fueron mencionados hace más de 1.400 años.

Revisión técnica

El Lic. Anas Amer Quevedo revisó la traducción de cada versículo a la luz de las obras exegéticas: Tafsir Ibn Kazir, Tafsir Al Qurtubi, Tafsir At Tabari, Tafsir Al Bagawi, Tafsir Yalalein, Tafsir As Sa’di y Tafsir Al Muiassar, haciendo comentarios y sugerencias para mejorar o cambiar el texto de aquellos versículos donde podía haber mala interpretación, o donde había una opinión diferente que debía ser considerada con más detenimiento.

En algunos casos, el revisor incluyó la traducción al inglés de Muhammad Taqi Al-Din y Muhammad Muhsin Khan como referencia, y consultó a expertos en ley y jurisprudencia islámica.

Revisión bibliográfica, lingüística y de estilo

Said Abdunur Pedraza hizo una comparación exhaustiva de cada versículo con otras traducciones del Corán al español, principalmente: la del Dr. Bahiye Mulla Huech, de Kamel Mustafa Hallak, de Abdel Ghani Melara Navío, de Ahmed Aboud y Rafael Castellanos, la de International Islamic Publishing House, y la de Julio Cortés. En ocasiones, incluyó como referencia la traducción que hizo Abdurrasak Pérez de la traducción al inglés de Muhammad Asad, y la traducción al español de Al Muntajab. En algunos casos también acudió a algunas traducciones al inglés.